IMPLANTACIÓN DEL
LIBERALISMO
1. El Congreso de Viena, 1815. Eliminado
Napoleón y con la intención de evitar una hipotética reproducción de la
ambición napoleónica que acabó con las fronteras y los estados europeos hasta
entonces establecidos, Austria, Prusia, Rusia, Inglaterra y Francia se
reunieron en Viena a través de sus representantes Metternich, Handemberg,
Nesselrode, Castlereagh y Talleyrand respectivamente. Se comprometieron a
intervenir en cualquier estado que pretendiese romper el equilibrio político
vigente. De esta manera, remodelaron el mapa de Europa según sus intereses:
-Rusia
conservó Besarabia y Finlandia. Se anexionó ¾ partes de Polonia.
-Inglaterra
vio reforzada su hegemonía marítima adquiriendo las islas Heligoland, Malta y
las Jónicas.
-Francia
mantuvo sus fronteras de 1789.
2. El Congreso de Aquisgrán y la Santa Alianza , 1818. Se trata de una
consecuencia del Congreso de Viena. Gracias a él, los cinco grandes estados
dominadores de Europa se comprometieron a acabar con todo brote de revolución
liberal que pudiese estallar en cualquier estado europeo, interviniendo
militarmente incluso para restablecer el orden monárquico. Esta coalición
recibió el nombre de Santa Alianza. En realidad y a pesar de que estos cinco
grandes estados ya estaban impregnados de elementos liberales en su estructura
social, económica y política, no querían que el liberalismo se impusiese de
modo rápido y violento (a través de revoluciones). Es decir, eran tolerantes o
partidarios del liberalismo moderado y contrarios al progresista. Los liberales
moderados eran miembros de la alta burguesía y, profesionalmente, dirigentes de
la gran banca y del gran comercio; eran partidarios de la religión católica,
aunque revestida de racionalismo. Los liberales progresistas eran miembros de
la media y pequeña burguesía y, profesionalmente, se dedicaban a los oficios
liberales (abogados, médicos, artistas, periodistas...); eran absolutamente
contrarios a la religión católica, perseguidores de ella.
3.A pesar de la ralentización impuesta por la Santa Alianza en el
proceso de implantación del liberalismo en Europa, poco a poco los estados
adoptan los principios liberales. Para estudiar ordenadamente este proceso es
necesario notar cómo tendrá éxito después de superar tres fases revolucionarias.
-Oleadas
revolucionarias de los años 20. El modelo a seguir es el del
pronunciamiento militar del teniente coronel Rafael Riego en España, que
consiguió instaurar un régimen liberal conocido como Trienio Liberal (1820-23),
basado en la restauración de la constitución de Cádiz de 1812. Esta revolución será
imitada en Nápoles, Piamonte, Portugal y Rusia, aunque sin éxito. En cualquier
caso, esta oleada supuso una llamada de atención a los estados absolutistas y a
los liberales moderados, de la posibilidad de imponer el liberalismo sin
límites mediante pronunciamientos militares bajo al supervisión de las
sociedades secretas, a pesar de la escasa participación popular y de su fracaso
definitivo.
-Oleadas revolucionarias de
los años 30.
En este período el ejemplo de revolución liberal lo encontramos en Francia.
Luis XVIII ocupó el trono una vez vencido Napoleón y concedió una Carta
Otorgada, mediante la cual los burgueses liberales alcanzaron parcelas de
poder. Sin embargo, su sucesor Carlos X, quería restablecer el absolutismo,
actitud que disgustó a los liberales hasta el punto de promover una revolución
en París los días 27, 28 y 29 de julio de 1830. Obtuvieron éxito y Carlos X
tuvo que huir de Francia. En su lugar, los burgueses proclamaron rey a Luis
Felipe de Orleáns, afín al liberalismo.
En estas
revoluciones observamos una mayor participación popular (los obreros aprovechan
para solucionar sus problemas) y la preeminencia de la gran burguesía de
banqueros y comerciantes, que desplazan a la nobleza de las clases dirigentes.
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