2. La Guerra de Sucesión
1702- 1714
En época de Carlos II 1665-1700 se produce una nueva
ocupación francesa de Cataluña durante la guerra mantenida entre la Liga de
Augsburgo y Francia (1688-1697). Aunque finalmente con la paz de Ryswick en
1697 son devueltas a Carlos II las zonas ocupadas, España desde entonces dejará
de ser la primera potencia mundial. Francia, Inglaterra y Austria pretenden
influir sobre el gobierno de España para satisfacer sus intereses hegemónicos,
dejando a España en una situación de segundo plano y de satélite, de tal manera
que lucharán por imponer el sucesor a Carlos II que más consideren oportuno
para tales propósitos.
Carlos II se casó con Mª Luisa de Orleáns, sobrina
de Luis XIV, y a la muerte de ésta, con Mª Ana de Baviera, hermana de la
Emperatriz de Austria. El último rey de la dinastía de los Austrias hizo
testamento a favor de su sobrino José Fernando de Baviera, quien murió en 1699.
Carlos II muere un año después sin hijos varones, hecho que provoca problemas
en su sucesión, pero haciendo heredero del trono a Felipe de Anjou, nieto de su
hermana Mª Teresa y Luis XIV de Francia. Sin embargo, el Imperio austríaco
reclama el trono de España para el Archiduque Carlos. Internacionalmente en
seguida se forman dos bandos opuestos: la Gran Alianza , es
decir, los países que temen el engrandecimiento de Francia (Austria,
Inglaterra, Holanda, Dinamarca, varios estados alemanes, Portugal y Saboya),
contra Francia.
El pueblo español, a su vez, se halla dividido: los
políticos y nobles influyentes de Carlos II se muestran partidarios de Felipe
de Anjou, mientras que la oposición en época de Carlos II más el pueblo catalán
(por la tradicional francofobia debida al centralismo francés y a la
competencia comercial de sus productos ) están a favor del Archiduque Carlos.
A pesar de todo Felipe de Anjou, Felipe V, llega a
España en 1700 con la promesa de respetar los fueros, también los catalanes.
Pero en 1702 da comienzo la guerra: tropas inglesas, holandesas y alemanas
(parte de la Gran Alianza )
toman Cádiz, cometiendo a la vez excesos (robos, profanaciones debidas a su
adscripción protestante, asaltos a naves españolas procedentes de América) con
pretexto de ayudar al Archiduque, hecho que provocará una rebelión popular. En
1705 se produce la toma de Gibraltar por tropas anglo-holandesas, tras su
fallido intento de tomar Barcelona. Un año antes un grupo de nobles de Vic, son
amonestados por el virrey de Cataluña por sus excesos y extorsiones para lograr
más poder y beneficios; para evitar el control del virrey, apoyarán al
Archiduque, no por convicción. Las tropas del Archiduque, también llamado
Carlos III, siguen progresando hasta el extremo de conquistar Valencia y
Aragón. El 9.10.1705 Barcelona se rinde y se somete al Archiduque Carlos; la
Diputación y las Cortes Catalanas aceptan como rey de España a Carlos III.
Alentado el Archiduque por el fracaso de Felipe V en su intento de conquistar
Barcelona, avanza hacia Castilla llegando el 2.7.1706 a Madrid donde es
nombrado rey de España. Pero la animadversión general de Castilla hacia el
Archiduque hace que Felipe V reconquiste Madrid y venza en abril de 1707 en la
Batalla de Almansa, hecho que supone la recuperación por parte de Felipe V de
Valencia y Aragón. A modo de castigo ejemplar Felipe V abole los fueros de
Valencia y Aragón. Aunque el Archiduque inicia una contraofensiva hasta llegar
de nuevo a Madrid en septiembre de 1711, finalmente optará por abandonar y
recluirse en Cataluña.
El acontecimiento que marca el final de la Guerra de
Sucesión es el nombramiento imperial del Archiduque Carlos. El temor de las
naciones aliadas al Archiduque ante un engrandecimiento del Imperio Austriaco,
provocó la firma de la Paz de Utrech entre 1713 y 1715, que supuso el fin de la
guerra, la anexión inglesa de Gibraltar y Menorca junto con el derecho de
asiento (patente de importar negros para América), la anexión austríaca de
Flandes, Milán, Nápoles y Cerdeña, la anexión saboyana de Sicilia y el
armisticio entre Felipe V y Cataluña el 22.6.1713.
Desde ese momento comienza la evacuación de tropas
de la Gran Alianza
de Cataluña. Pero, a pesar de lo pactado, una Junta de Brazos, de
representantes en Cortes las Cortes Catalanas por Barcelona, decide resistir a
Felipe V y se convierte en órgano de gobierno. Ante esta rebelión el 25.7.1713
se produce el sitio a Barcelona por parte de las tropas filipistas. El gobierno
de la ciudad encarga la defensa al ex militar filipista Antonio de Villarroel
Peláez , quien tiene como condicionantes negativos la inferioridad numérica, la
inexperiencia de los voluntarios y la intromisión en el mando único de la
Diputación y el Consejo de la
Ciudad. Además la causa a favor del Archiduque (quien ya
había abandonado España) sólo es compartida por Cardona y Manresa. Sin embargo
en 1714 renace la rebelión en otras zonas, de tal manera que las tropas de
Felipe V posponen el sitio de Barcelona para dominarlas, hasta que el 3 de
abril de 1714 se reinicia el ataque a Barcelona. El 9.7.1714 el general de las
tropas filipistas, Berwick, propone la rendición a la cual se niega la Junta de
Brazos de Barcelona, excepto los miembros militares y Rafael Casanova. La
situación se hace insostenible, las bajas entre los defensores son cada vez
mayores, Villarroel dimite.
El ataque definitivo tiene lugar el 11.9.1714. A
pesar de que Villarroel retoma el mando y que Casanova, con la bandera de la patrona Santa Eulalia
(no con la catalana) y la nobleza urbana van al frente a dar ánimos, la
capitulación se hace efectiva desde el 13.9.1714. Finalizada la rebelión Felipe V
suspende la Diputación y el Consejo de Ciento
Posteriormente Felipe V promulga el Decreto de Nueva
Planta, por el cual se pone fin a las instituciones catalanas, a algunos fueros
y al somatén, imponiendo la Real Junta Superior de Justicia y Gobierno y la Junta Administrativa
para Gobierno de la Ciudad (Barcelona). Sin embargo, permanecen vigentes los
usos, costumbres, el Derecho Catalán y el Consulado del Mar. En las causas de
justicia se usa desde entonces el castellano, no el latín como hasta el momento
(no sustituye al catalán pues éste no se utilizaba, sino el latín). Además, los
cargos públicos no son hereditarios, sino que se adquieren por méritos.
Finalmente, Felipe V impone largos años de reclusión a los jefes militares
responsables de la rebelión, la confiscación de bienes a los responsables
civiles y la expulsión de los responsables eclesiásticos. Premia a Cervera por
su fidelidad creando una Universidad y castiga a Barcelona clausurando la suya.
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