martes, 25 de septiembre de 2012

Guerra de Sucesión española


2. La Guerra de Sucesión 1702- 1714

En época de Carlos II 1665-1700 se produce una nueva ocupación francesa de Cataluña durante la guerra mantenida entre la Liga de Augsburgo y Francia (1688-1697). Aunque finalmente con la paz de Ryswick en 1697 son devueltas a Carlos II las zonas ocupadas, España desde entonces dejará de ser la primera potencia mundial. Francia, Inglaterra y Austria pretenden influir sobre el gobierno de España para satisfacer sus intereses hegemónicos, dejando a España en una situación de segundo plano y de satélite, de tal manera que lucharán por imponer el sucesor a Carlos II que más consideren oportuno para tales propósitos.

Carlos II se casó con Mª Luisa de Orleáns, sobrina de Luis XIV, y a la muerte de ésta, con Mª Ana de Baviera, hermana de la Emperatriz de Austria. El último rey de la dinastía de los Austrias hizo testamento a favor de su sobrino José Fernando de Baviera, quien murió en 1699. Carlos II muere un año después sin hijos varones, hecho que provoca problemas en su sucesión, pero haciendo heredero del trono a Felipe de Anjou, nieto de su hermana Mª Teresa y Luis XIV de Francia. Sin embargo, el Imperio austríaco reclama el trono de España para el Archiduque Carlos. Internacionalmente en seguida se forman dos bandos opuestos: la Gran Alianza, es decir, los países que temen el engrandecimiento de Francia (Austria, Inglaterra, Holanda, Dinamarca, varios estados alemanes, Portugal y Saboya), contra Francia.

El pueblo español, a su vez, se halla dividido: los políticos y nobles influyentes de Carlos II se muestran partidarios de Felipe de Anjou, mientras que la oposición en época de Carlos II más el pueblo catalán (por la tradicional francofobia debida al centralismo francés y a la competencia comercial de sus productos ) están a favor del Archiduque Carlos.

A pesar de todo Felipe de Anjou, Felipe V, llega a España en 1700 con la promesa de respetar los fueros, también los catalanes. Pero en 1702 da comienzo la guerra: tropas inglesas, holandesas y alemanas (parte de la Gran Alianza) toman Cádiz, cometiendo a la vez excesos (robos, profanaciones debidas a su adscripción protestante, asaltos a naves españolas procedentes de América) con pretexto de ayudar al Archiduque, hecho que provocará una rebelión popular. En 1705 se produce la toma de Gibraltar por tropas anglo-holandesas, tras su fallido intento de tomar Barcelona. Un año antes un grupo de nobles de Vic, son amonestados por el virrey de Cataluña por sus excesos y extorsiones para lograr más poder y beneficios; para evitar el control del virrey, apoyarán al Archiduque, no por convicción. Las tropas del Archiduque, también llamado Carlos III, siguen progresando hasta el extremo de conquistar Valencia y Aragón. El 9.10.1705 Barcelona se rinde y se somete al Archiduque Carlos; la Diputación y las Cortes Catalanas aceptan como rey de España a Carlos III. Alentado el Archiduque por el fracaso de Felipe V en su intento de conquistar Barcelona, avanza hacia Castilla llegando el 2.7.1706 a Madrid donde es nombrado rey de España. Pero la animadversión general de Castilla hacia el Archiduque hace que Felipe V reconquiste Madrid y venza en abril de 1707 en la Batalla de Almansa, hecho que supone la recuperación por parte de Felipe V de Valencia y Aragón. A modo de castigo ejemplar Felipe V abole los fueros de Valencia y Aragón. Aunque el Archiduque inicia una contraofensiva hasta llegar de nuevo a Madrid en septiembre de 1711, finalmente optará por abandonar y recluirse en Cataluña.

El acontecimiento que marca el final de la Guerra de Sucesión es el nombramiento imperial del Archiduque Carlos. El temor de las naciones aliadas al Archiduque ante un engrandecimiento del Imperio Austriaco, provocó la firma de la Paz de Utrech entre 1713 y 1715, que supuso el fin de la guerra, la anexión inglesa de Gibraltar y Menorca junto con el derecho de asiento (patente de importar negros para América), la anexión austríaca de Flandes, Milán, Nápoles y Cerdeña, la anexión saboyana de Sicilia y el armisticio entre Felipe V y Cataluña el 22.6.1713.

Desde ese momento comienza la evacuación de tropas de la Gran Alianza de Cataluña. Pero, a pesar de lo pactado, una Junta de Brazos, de representantes en Cortes las Cortes Catalanas por Barcelona, decide resistir a Felipe V y se convierte en órgano de gobierno. Ante esta rebelión el 25.7.1713 se produce el sitio a Barcelona por parte de las tropas filipistas. El gobierno de la ciudad encarga la defensa al ex militar filipista Antonio de Villarroel Peláez , quien tiene como condicionantes negativos la inferioridad numérica, la inexperiencia de los voluntarios y la intromisión en el mando único de la Diputación y el Consejo de la Ciudad. Además la causa a favor del Archiduque (quien ya había abandonado España) sólo es compartida por Cardona y Manresa. Sin embargo en 1714 renace la rebelión en otras zonas, de tal manera que las tropas de Felipe V posponen el sitio de Barcelona para dominarlas, hasta que el 3 de abril de 1714 se reinicia el ataque a Barcelona. El 9.7.1714 el general de las tropas filipistas, Berwick, propone la rendición a la cual se niega la Junta de Brazos de Barcelona, excepto los miembros militares y Rafael Casanova. La situación se hace insostenible, las bajas entre los defensores son cada vez mayores, Villarroel dimite.

El ataque definitivo tiene lugar el 11.9.1714. A pesar de que Villarroel retoma el mando y que Casanova, con la bandera de la patrona Santa Eulalia (no con la catalana) y la nobleza urbana van al frente a dar ánimos, la capitulación se hace efectiva desde el 13.9.1714. Finalizada la rebelión Felipe V suspende la Diputación y el Consejo de Ciento

Posteriormente Felipe V promulga el Decreto de Nueva Planta, por el cual se pone fin a las instituciones catalanas, a algunos fueros y al somatén, imponiendo la Real Junta Superior de Justicia y Gobierno y la Junta Administrativa para Gobierno de la Ciudad (Barcelona). Sin embargo, permanecen vigentes los usos, costumbres, el Derecho Catalán y el Consulado del Mar. En las causas de justicia se usa desde entonces el castellano, no el latín como hasta el momento (no sustituye al catalán pues éste no se utilizaba, sino el latín). Además, los cargos públicos no son hereditarios, sino que se adquieren por méritos. Finalmente, Felipe V impone largos años de reclusión a los jefes militares responsables de la rebelión, la confiscación de bienes a los responsables civiles y la expulsión de los responsables eclesiásticos. Premia a Cervera por su fidelidad creando una Universidad y castiga a Barcelona clausurando la suya.




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