1.Contexto. La
Rusia inmediatamente anterior a la Revolución tenía una estructura propia de
los estados de Antiguo Régimen. Así pues, se trataba de un imperio
económicamente basado en la agricultura (una agricultura de bajo rendimiento,
pues no había adaptado las mejoras de la época de la revolución industria) en
el que perduraba la servidumbre feudal, es decir, un porcentaje elevado de
campesinos vivían adscritos a la tierra del señor propietario, sin libertad de
movimientos, e incluso a su jurisdicción. Esta situación perduró hasta que en
1861 el zar Alejandro II abolió la servidumbre, permitiendo a los siervos
(campesinos hasta entonces adscritos al señor y a su tierra) comprar una parte de
las tierras que eran del señor e incluso trabajar otras tierras. Sin embargo,
el resultado fue negativo pues los precios de rescate de las tierras eran
elevados y los campesinos tenían una economía muy modesta, por lo que se tenían
que conformar con la misma situación.
En cuanto a la
composición social, cerca del 90% de la población vivía en zona rural y de ella
la mitad de la población campesina era propietaria de sus tierras (un 18% de
campesinos acomodados o kulaks y un 28,5% de pequeños propietarios) mientras
que la otra mitad no era propietaria y trabajaba a jornal o empezó a emigrar a
las ciudades para convertirse en proletarios industriales. Sólo alrededor del
10% de la población rusa era proletaria.
Entre 1890 y 1900
Rusia experimentó una rápida e importante industrialización, gracias a la
inversión extranjera, convirtiéndose en la quinta potencia industrial mundial.
La industria rusa estaba muy localizada en pocos centros: San Petesburgo,
Moscú, Ucrania, Bakú, Urales y Polonia. Del total de 170 millones de
habitantes, sólo 3 millones eran obreros; éstos sufrían como el resto de sus
contemporáneos en todo el mundo industrial, los problemas derivados del abuso
de los empresarios capitalistas liberales (elevada jornada laboral, bajos
sueldos, problemas de habitabilidad, escasa legislación laboral, precarias
condiciones laborales....)
Políticamente
Rusia estaba dirigida por el Zar, quien concentraba en su persona todos los
poderes autoritariamente, aunque su poder debía estar limitado por la ley divina
(Iglesia Ortodoxa), las asambleas territoriales o zemstva (con poder en la
administración local: organizar la enseñanza en un pueblo, la salud pública...)
y las asambleas urbanas o dumas municipales (con el mismo sentido que las
zemstva) Es decir, por debajo del Zar, colaborando con él, encontramos a la
nobleza, al funcionariado (burocracia administrativa), al Ejército y a la Iglesia Ortodoxa
(cuyo jefe era el mismo Zar)
2. Grupos de
oposición al zarismo. La oposición se empezó a manifestar durante
la segunda mitad del s.XIX en el campo ruso a través del nihilismo
primero y del populismo después. Se trató de dos corrientes anarquistas
que, inspiradas en Bakunin, manifestaban su rechazo a la sociedad industrial
capitalista a través de actos terroristas, pretendiendo transformar la sociedad
campesina en comunidades rurales socialistas; eran favorables a la revolución
del proletariado pero en el medio rural (mientras que los seguidores de Marx
hablaban de la revolución del proletariado urbano)
El Partido
Socialista Revolucionario o eserita, recogió la herencia del
populismo bakuniano a principios del s.XX. Mientras que el otro gran partido de
características revolucionarias, el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso
fundado por Plejanov, pretendió acabar con el zarismo partiendo de la
revolución del proletariado urbano. En el POSR, existían dos tendencias:
a) Mencheviques:
que creían en la necesidad de llevar a cabo en Rusia primero una revolución de
tipo burgués (liberal) para derrocar el absolutismo zarista; cuando hubiera
tenido éxito ésta, habría llegado el momento adecuado para hacer la revolución
del proletariado.
b) Bolcheviques:
dirigidos por Lenin, deseaban implantar el estado comunista inmediatamente, a
través de la revolución del proletariado sin dilación.
En cuanto a la
oposición al régimen zarista de las posiciones liberales destaca el Partido
Constitucionalista Demócrata o kadet. Sus miembros, los burgueses
liberales, pretendían imponer un sistema político basado en la democracia
parlamentaria.
3. Fases de la
Revolución.
3.1. Monarquía
Constitucional, octubre de 1905.
Es necesario
comenzar la evolución de la
Revolución Rusa comentando la grave crisis que asolaba Rusia
a principios del s.XX, concretamente en 1905, consecuencia de una serie
de malas cosechas, de una situación de sobreproducción y de la guerra contra
Japón por el dominio de Manchuria (que se saldó con la derrota rusa) Estos
factores de crisis provocaron un clima de intranquilidad social que se plasmó
en la manifestación en San Petesburgo – sede invernal de los zares- a través de
la cual los convocantes (burguesía liberal) exigían al Zar la creación de una
asamblea constituyente. Esta manifestación fue disuelta violentamente por las
fuerzas de orden público; esa jornada se conoció como Domingo Sangriento.
A partir de
entonces la crisis social se agravó aún más, generalizándose las demandas en
favor del sufragio universal llevadas a cabo por los liberales que controlaban
las dumas municipales y las huelgas promovidas por los bolcheviques, quienes
querían sacar provecho del intento de los liberales de acabar con el
absolutismo zarista. Así mismo, los eseritas promovieron revueltas campesinas y
se produjeron algunas insurrecciones militares (Potemkin)
En esa coyuntura,
aparecieron en escena los soviets. Los soviets eran asociaciones creadas por
miembros del partido bolchevique en todos los ámbitos de la vida humana
(trabajo, ocio, cultura...) para, con la excusa de defender y promocionar los
derechos de cada hombre en su sector socioeconómico, ir difundiendo y
arraigando el comunismo en la sociedad rusa.
Ante tal crisis el
Zar Nicolás II convocó la
Asamblea Nacional (Duma) mediante el Manifiesto de
Octubre. Por lo tanto, desde octubre de
1905 empezó a funcionar en Rusia una estructura política constitucional, aunque
con escasa función de la Duma o, dicho de otro modo, en la que el Zar
conservaba en su mano buena parte del poder.
Por lo tanto, a
pesar de este avance constitucional, a medida que la crisis se fue
desvaneciendo el Zar fue recuperando todo el poder, de manera que en 1914 el
Zar era, nuevamente, dueño absoluto del poder, es decir, Rusia vivía un
constitucionalismo irreal.
3.2. República
Constitucional, febrero de 1917.
La participación
de Rusia en la 1ª Guerra Mundial (en el bando de la Triple Entente )
provocó una nueva situación de crisis económica, social y política en 1917. La
industria rusa, al concentrarse en la industria de guerra, provocó el abandono
de otros sectores y, por lo tanto, la escasez de productos y bienes de consumo
para los ciudadanos. Al mismo tiempo, la marcha de grandes contingentes de
hombres a los frentes de guerra paralizó la producción agrícola, produciéndose
una fuerte escasez de productos agrarios, una subida de precios y de paro
laboral (en el campo y la ciudad)
Este panorama de
crisis derivó en gran conflictividad
social, que aprovecharon los opositores al zarismo para acabar con él.
En febrero de 1917
la mitad de los obreros de San Petesburgo participaban en huelgas y
manifestaciones de protesta ante la situación crítica. El Zar mandó controlar
estas protestas a las fuerzas de orden público, pero éstas confraternizaron con
los manifestantes. Así pues, mientras que en las calles de San Petesburgo
dominaban el poder los soviets (eseritas, anarquistas, mencheviques y
bolcheviques) en la Duma lo controlaban los liberales (kadet). Éstos, de
acuerdo con los soviets, establecieron un Gobierno Provisional que sustituyó al
zarista el 1 de marzo de 1917, presidido en primer lugar por Luov (kadet) y
posteriormente por Kerenski (eserita). Al día siguiente, el Zar Nicolás II
abdicó y Rusia se transformó en una República Constitucional.
3.3. Estado Comunista, octubre 1917
Tras estos
cambios, Lenin propugnaba no dejar a la burguesía en el poder y llevar a cabo
inmediatamente la revolución del proletariado, en su artículo titulado “Tesis
de abril”.
El Gobierno
Provisional no solucionó la crisis, pues se producían deserciones en el frente
de guerra, los anarquistas ocupaban tierras en el campo, se multiplicaban las
reivindicaciones nacionalistas e incluso estalló una insurrección
antirrevolucionaria protagonizada por el general pro zarista Kornilov; mientras
tanto, los bolcheviques sembraban la discordia entre los obreros para dar paso
a la revolución comunista.
Finalmente, el 24
de octubre de 1917, aprovechando la celebración del II Congreso de los Soviets
de Rusia los bolcheviques ocuparon el Palacio de invierno de los zares en San
Petesburgo. Inmediatamente después formaron un comité militar revolucionario y destituyeron
al Gobierno Provisional de Kerenski. En su lugar se estableció el Consejo de
Comisarios del Pueblo, primer gobierno revolucionario, presidido por Lenin
(bolchevique)
El nuevo gobierno,
se puso en marcha firmando la paz de Brest-Litovsk con Alemania. A
continuación, Lenin llevó a cabo una campaña de confiscación de tierras de la
Corona, nobleza e Iglesia. Se comprometió también a respetar el derecho a la
autodeterminación de las nacionalidades que formaron parte del desaparecido
Imperio Ruso.
4. La Guerra Civil ,
1918-1921
Inmediatamente
después de la Revolución de octubre de 1917, el Consejo de Comisarios del
Pueblo (controlado por los bolcheviques) fue consolidando el poder comunista.
El 12 de noviembre de 1917 se celebraron elecciones generales para la formación
de una asamblea constituyente, con la victoria aplastante de los
socialrrevolucionarios. Como los bolcheviques tenían dificultades para
instaurar el Estado comunista, por su inferioridad en el número de diputados en
la Duma, decidieron en enero de 1918 dar un golpe de estado y tomar por la
fuerza el poder de la Duma.
Desde esa posición
privilegiada fueron prohibiendo la existencia de los demás partidos políticos
hasta transformar Rusia en una dictadura del proletariado.
La oposición al
Consejo de Comisarios del Pueblo se había organizado hasta el punto de formar
un ejército, el Ejército Blanco, que declaró la guerra al gobierno nacido de la
Revolución de octubre de 1917. Formaban parte del Ejército Blanco, prozaristas,
burgueses liberales e incluso Kerenski. Así pues, desde 1918 comenzó la guerra
civil en la que se enfrentaron el Ejército Blanco (que además contaba con la
colaboración de Francia, Inglaterra, EEUU, Japón y Polonia (y el Ejército Rojo,
dirigido por Trotski. A pesar de que le Ejército Rojo sólo controlaba una zona
reducida alrededor de San Petesburgo y Moscú, acabó imponiéndose sobre el
Blanco debido a las divergencias entre los generales blancos y a la retirada de
las tropas extranjeras al ver que la victoria rápida no era posible.
Durante la guerra
civil, el gobierno de Lenin impuso unas normas económicas conocidas como
comunismo de guerra, para hacer frente a esa situación excepcional. Consistió
en:
a) Incrementar
la producción industrial
b) Restringir
los derechos laborales de los trabajadores
c) Requisar
las cosechas a los kulaks (so pretexto de evitar la especulación)
d) Nacionalizar
la banca, el comercio, los transportes y las empresas de más de 10 trabajadores
5. Consolidación
de la Revolución
Rusa.
Una estrategia que
los comunistas creyeron válida para defender y consolidar su poder en Rusia fue
la de extender la Revolución comunista por todo el mundo. A tal efecto Lenin
constituyó la III
Internacional o Internacional Comunista en marzo de 1919.
Empezaron a
aparecer partidos comunistas por todo el mundo, fieles a los dictámenes de
Lenin, con la inequívoca misión de realizar la revolución comunista siguiendo
el ejemplo ruso. Los dos primeros intentos de instaurar un estado comunista
–después del caso ruso- se dieron en Alemania mediante la revolución
espartaquista dirigida por Rosa Luxemburgo y en Hungría, protagonizado por Bela
Kun; ambos fracasaron en su propósito.
Mientras tanto
Rusia se transformó en la URSS en 1922. Ya desde 1918 los comunistas impusieron
el Estado comunista y lo dotaron de una Constitución que estructuraba el poder
de la siguiente manera:
a) El
Soviet Supremo (Asamblea o Duma) , ostentaba el poder legislativo
b) El
Soviet Supremo elegía a un Consejo dirigido por un presidente que era el Jefe
del Estado
c) El
Consejo de Comisarios del Pueblo controlaba el poder ejecutivo
Stalin
se convirtió en Secretario General del Partido en 1922. Desde entonces
surgieron las diferencias de opinión con Lenin. Tras la muerte de Lenin, Stalin
se unió a Grígori Zinóviev y a Kámenev para, los tres juntos, gobernar el país.
Con esos aliados temporales, Stalin actuó contra su gran rival Trotski,
principal candidato para suceder a Lenin y cuya teoría de la revolución
permanente contrastaba con la opinión del triunvirato que defendía la
construcción del socialismo en un sólo país. Una vez eliminada la amenaza de
Trotski, Stalin giró de nuevo, alineándose con Nikolái Bujarin y Alexéi
Ivánovich Ríkov en contra de sus antiguos compañeros. Stalin venció a todos sus
rivales gracias a una hábil manipulación y utilización de los órganos del
partido y del Estado, y en 1929, ya había consolidado su posición como
reconocido sucesor de Lenin y reforzado su poder como líder único de la Unión Soviética.
El proceso de industrialización
desarrollado durante la década de 1930 tuvo éxito. Elevó a la atrasada URSS al
nivel de otras potencias industriales. La URSS no sufrió las consecuencias de la
crisis mundial de 1929, ya que por razones políticas se encontraba
prácticamente aislada del comercio internacional. A fines de la década del 20,
Stalin adoptó enérgicas medidas económicas para permitir la rápida expansión de
la industria pesada. Necesitaba producir gran cantidad de acero, maquinarias,
ferrocarriles y armas para construir un sistema efectivo de defensa contra la
agresión de las potencias capitalistas occidentales. Pero los recursos
necesarios para el desarrollo de la industria, sólo podrían lograrse con un
aumento de las exportaciones agrícolas. Para ello había que terminar con las
pequeñas explotaciones campesinas, organizar el trabajo en gran escala y
mecanizar las tareas agrícolas. Stalin puso en marcha esa reorganización de la producción. Estableció
la colectivización forzosa: los campesinos fueron obligados a unir su trabajo y
sus parcelas formando grandes cooperativas colectivas. En 1936, fueron
colectivizadas el 96% de las explotaciones campesinas y en 1940, la producción
de granos superó en un 80% la registrada en 1913. Fue la mayor revolución
agraria de la historia de la humanidad.
Grandes
cantidades de capital y mano de obra fueron destinadas a la electrificación
masiva, a la explotación de nuevas minas de carbón, mineral de hierro y
yacimientos de petróleo, a la instalación de ferrocarriles y, especialmente, a
la fabricación de armamentos. El Estado soviético controló tanto la actividad
agrícola como la
industrial. Nada fue dejado al azar o al “libre juego de la
oferta y la demanda”. Para ello, elaboró planes
quinquenales fijándose exigentes metas a cumplir. En poco tiempo, esta
transformación tuvo como resultado un éxito económico notable y la formación de
un poderoso ejército. Para cumplir con las metas establecidas en los planes
quinquenales, el Estado empleó métodos que generaron grandes resistencias en
distintos sectores. A menudo, los campesinos preferían matar animales y quemar
cosechas antes que permitir colectivización forzosa. El Estado respondía
arrestando y deportando a rebeldes a campos de trabajo forzado o bien optaba
por fusilarlos. La mayor parte de la población vivía en condiciones miserables.
Dado que todo el esfuerzo se dedicaba al desarrollo de la industria pesada, se
sufría una crónica escasez de bienes consumo de primera necesidad.
En la Unión Soviética ,
no sólo la economía era rigurosamente planificada desde el Estado, también
estaban controladas las actividades políticas, sociales y culturales. Stalin
disponía de todo el poder y lo ejercía de forma absoluta, generando rechazo
incluso dentro del partido. Stalin respondió organizando purgas de opositores.
Millones de funcionarios, miembros del partido y personas comunes fueron
arrestados, torturados y obligados a confesar toda clase de crímenes de los que
en su mayoría eran inocentes. Se organizaban juicios simulados en los que
invariablemente eran encontrados culpables y sentenciados a muerte o recluidos
en campos de trabajo. Algunos historiadores calculan que hasta 1938 el número
de víctimas del estalinismo ascendía a ocho millones. Entre ellas se
encontraban los “viejos bolcheviques”, dirigentes de la revolución de octubre
de 1917, y muchos de los mejores intelectuales y hombres de la cultura.
Entre
los numerosos crímenes cometidos por Stalin se cuenta el de la hambruna forzosa
de Ucrania durante los años 1932-1933. Como es común en los países en los que
reina el socialismo, las hambrunas intencionadas se han usado como arma
política utilizada para alcanzar los deseados objetivos contra varias clases.
Las víctimas señaladas en esta ocasión fueron los kulaks, los agricultores
campesinos que tenían propiedad y contrataban a trabajadores. Cuando
Stalin alcanzó el poder en 1924, vio el nacionalismo ucraniano como una amenaza
al poder soviético, creyendo que cualquier insurrección futura podría provenir
probablemente de los kulaks. Así que decidió aplastarles utilizando los métodos
que tan exitosos habían sido en la URSS durante la política de “liquidación
como clase”. En 1929, arrestó a miles de intelectuales ucranianos bajo falsos
cargos y o bien los fusiló o bien los envió a campos de trabajo en Siberia.
Llevó a cabo la colectivización de las explotaciones ucranianas requisando
todas las tierras y el ganado privados, lo que afectó aproximadamente al 80% de
la población de Ucrania, anteriormente conocida como el granero de Europa. Declaró a los kulaks enemigos del pueblo.
El hambre se instaló en la URSS durante la
posguerra y, en 1947, debió reintroducirse la cartilla de racionamiento. La
reconstrucción industrial fue relativamente rápida. En 1948 se consiguió
alcanzar el nivel productivo de 1940 y en 1952 se habían doblado las cifras de
las producciones más importantes. Los inconvenientes más señalados los sufrió
la industria de consumo, de modo que sólo en 1952 se recuperaron los niveles de
preguerra. El desarrollo seguía basándose, por tanto, en la acumulación de los
esfuerzos en la industria pesada.
En política exterior, puede
decirse que el comunismo soviético, que en los años veinte había pasado de la
revolución a la construcción de un Estado, ahora había alcanzado la etapa
imperialista. Durante estos años, la URSS utilizó el movimiento revolucionario
universal como un instrumento de actuación en beneficio de la URSS. Desaparecida
la Internacional Comunista, se creó en 1948 una oficina en teoría dedicada tan
sólo a la transmisión de las informaciones entre unos y otros Partidos
Comunistas, pero en realidad consagrada a la transmisión de instrucciones.